La tranquilidad de no hacer nada extraordinario
Antes de saberme bipolar diciembre era el mejor mes del año. Era florecer después de ocho meses de hibernación. Me veía iluminada, bellísima, sexy, la energía era infinita, llena de ideas extravagantes, divertidas, monumentales. Me ponía al día en cine, teatro, exposiciones, fiestas, vida social, todo lo que no hacia en el año lo concentraba en estos 3 meses. Pero también pague sus costos.
Era agotador era armar cada año el "club de fans", nadie podía seguirme el ritmo asi que necesitaba contar con a lo menos 5 galanes disponibles para todos los eventos de la temporada. También perdí a un gran hombre con quien debí haberme casado, llego ese diciembre y me pareció una lata estar en pareja, él me parecía una lata, no toleraba su lentitud, su falta de humor, de energía vital.
Y la cuenta que pagaba por dormir 2 o 3 horas diarias, llegaba marzo y estaba completamente estresada y la ansiedad me hacia ver como histérica.
Otro problema era el despilfarro veraniego, gastaba el doble de lo que ganaba. Para que decir los líos en el trabajo, me peleaba con mi jefe terminaba renunciando y mandando todo a la punta del cerro, incluido cargo, sueldo y grandes oportunidades laborales.
Desde que tomo remedios, ya no soy brillante ni bella ni iluminada en diciembre, no se me ocurren ideas geniales, ni mis días duran 22 hrs, pero a cambio mantengo el mismo trabajo, puedo amar al mismo hombre invierno y verano, no necesito ningún club ni tampoco fans, no siento esa constante ansiedad y mis finanzas están en orden.
Candy, disfrutando la estabilidad anímica.