jueves, agosto 11, 2005

Bellos Ojos Azules


A pocas semanas de conocer a Pach nos toco jugar como pareja un importante torneo de bridge. El resultado fue desastroso, o se juega o se coquetea, nosotros hicimos lo segundo. Ese día puse en práctica todo lo que había observado de mi nuevo referente en coquetería femenina y no me fue nada de mal. Terminado el torneo caminamos por el barrio el Golf hasta un elegante restorante francés a celebrar el rotundo fracaso brigistico . Fueron 10 cuadras de amena charla de una preciosa noche de verano. Todo era perfecto, la noche, la caminata, el galán, el bridge, me sentía sumamente sensual y además tenia hambre y el plan de comer en ese lugar no podía ser mejor. Comimos, tomamos, reímos y llego la hora en que me llevara a mi casa, mientras me despido diciéndole buenas noches con un calido beso en su mejilla , èl me susurra, .-No te bajes, pasemos la noche juntos.- fue ahí donde me fui al hoyo, esa parte no la tenia prevista, toda mi parada de sex-fatal se fue a la cresta, me puse roja, no sabia que decir y con ojos achinaditos le dije que mejor otro día, que estaba demasiado cansada, me baje del auto y entre a mi casa casi corriendo. Pase 10 minutos riéndome de lo infantil de mi respuesta y de lo ingenuo de mi nueva estrategia de conquista, por supuesto él, jamás volvió a llamar. Meses después nos encontramos en un cumpleaños, le confesé que nunca antes había recibido una oferta tan directa y que por falta de manejo había reaccionado así, quedamos en volver a salir y ver que surgía. Nunca lo hizo, incluso dejo de ir los lunes a jugar Bridge. Un par de veces nos topábamos jugando on-line con chateos de cortesía, ¿Cómo estas? - ¿bien y tu? - Jugamos? - No puedo, me ire a dormir luego - Ok, cuando te reintegras al grupo de los lunes? – Pronto, es que no he estado bien de salud - Cuídate mucho, un besos .- Otro para ti y saludos de mi parte. Ok, bye.- bye.

Hoy, vi sus ojos intensamente azules entrar al banco donde yo hacia cola en uno de los cajeros automático en pleno centro de Santiago, eran los de él inconfundiblemente bellos pero iban en el cuerpo de otra persona, un sujeto con mucha mas edad que Pach, gordo y completamente calvo, lo observe muy detenidamente yo estaba al otro lado del vidrio polarizado del cajero así que sabia que el no podía verme, y sí era él, bajo ese ser, estaba mi partner de cartas, salgo de mi escondite, lo miro a la cara y nos abrazamos largo rato, ahora entiendo tu desaparición le comento con una sonrisa, tomemos un café.

Quedamos en que volvería al grupo del lunes y que mejor que disfrutar cada día de los pocos que le quedan.

Candy, aun choqueada pero igual feliz de volver a verlo.



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