martes, noviembre 07, 2006

Ritos fallidos para el olvido

Nada de lo que acostumbraba hacer para olvidar amores me ha servido con Bond, ni ritos mágicos, ni el devolver sus regalos, ni salir con otras personas, ni jugar cartas, ni los bonsái. El hecho de tener que verlo a diario es igual que mojar con limón una dolorosa herida.
Algunos días después de la conversación que ilustra el post anterior, llegó a mi casa a media noche, con la cara desencajada por la angustia, diciendo que se le hacia insoportable la vida sin mi. Se había dado cuenta de su error y por fin venia por mí, pensé. Hicimos el amor casi en la puerta, para evitar ser vistos entramos al living lleganmos al sofa ya sin ropa, al instante de ser penetrada acabamos juntos.
Que fabuloso hacer el amor así, no era deseo lo que sentía, era pura y loca pasión necesidad de estar en sus brazos y de nadie mas, mientras disfrutaba de esa sensación, él comienza a decirme que seria difícil para ambos el no desearnos y otras cosas que hablaban del tiempo que llevábamos juntos y la transición hacia nuestra separación definitiva. Llore en su pecho como una niña, le abrí la puerta y se fue.
Al día siguiente me llama para saludar y la mandada a la chucha de mi parte fue monumental, nunca le había hablado con tanta bronca.
Desde es momento nunca mas me llamo, nunca mas me sedujo, nunca mas nada, incluso cuando necesita dirigirme la palabra en la oficina me llama con el manos libres puesto.
Esta bien, era lo que buscaba, era lo que esperaba de él, solo que ¿Cuánto tiempo pasara para dejar de amarlo viéndolo todos los días?

Candy.


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